“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad”. Eclesiastés 1:2.
Es la primera vez que escribo en un Blog, no soy la más conocedora de la palabra, pero ésto fue algo que Dios hizo sentir en mi corazón, y quería expresarlo de alguna forma.
La palabra “vanidad”, no sólo
tiene que ver con querer verse bien siempre, sino que tiene que ver con cosas
que no son útiles, o que carecen de valor moral. Vivimos en el tiempo en el que
nosotros los jóvenes le damos demasiada importancia a cualquier cosa que
realmente no nos edifica o nos deja algo bueno para nuestras vidas.
Ciertamente, por la edad en la que nos encontramos, todo nos llama la atención,
nos queremos comer el mundo y pensamos que no pasará nada, que estamos
demasiado jóvenes y que tenemos toda una vida por delante, por lo cual, como
dicen por ahí, hacemos cosas “buenas” o que a nosotros nos parecen buenas, pero
que ciertamente no lo son.
Cristo quiere que le sirvamos en
nuestra juventud, lo dice en la Biblia. “Acuérdate de tu Creador en los días de
tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuáles
digas: no tengo en ellos contentamiento” Eclesiastés 12:1. Los propósitos que
tiene Él para nuestras vidas, son mucho más grandes de lo que nuestra mente
puede alcanzar a imaginarse, pero el enemigo quiere, como siempre, levarnos
hacia el lado equivocado, poniendo frente a nosotros cosas que sabe que como
personas de corta edad nos llaman la atención.
Es cierto que muchas veces
caemos, porque la tentación es muy fuerte, hasta Jesús fue tentado por Satanás
cuando ayunó 40 días (Lucas 4:1-13), sin embargo, en la Biblia dice que
nosotros debemos ser imitadores de Jesucristo, y así como Él le dijo “aléjate
Satanás”, nosotros también tenemos que alejarlo de nosotros y mantener firme la
mirada en Dios, que es el que tiene preparada nuestra corona de victoria cuando
estemos allá con él después de pelear la buena batalla y haber guardado la fe,
como lo dijo el Apóstol Pablo antes de morir.
Muchas veces nos preocupamos
porque las cosas no nos salen como pensamos, tenemos muchas metas por cumplir,
muchos sueños que queremos realizar, pero en ocasiones llegan a complicarse las
situaciones y llegamos a frustrarnos. Pero la palabra de Dios dice que debemos
buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás nos será
añadido, así que ¡sin preocupaciones! Dios te ama y tiene grandes planes para
ti.
Aunque sintamos que no merecemos
tanto amor por parte de Dios porque nos sentimos las peores personas del mundo,
Él cada día nos da muchas muestras de ese gran amor incondicional que nos tuvo,
nos tiene y nos tendrá por siempre, simplemente con despertar, con respirar,
con ver brillar el sol, con ver las nubes o las aves en el cielo, Él nos está
demostrando que nos da una nueva oportunidad más para servirle y amarle, así
que si estás arrepentido de tus pecados y quieres ponerte a cuentas con Cristo,
sólo repite esta oración:
“Señor Jesús, en esta hora
reconozco que soy un pecador, pero que a pesar de eso tú me amas. Gracias por
ese amor incondicional que te hizo entregarte en esa cruz, que te hizo tomar mi
lugar en ese sitio que tú no merecías estar, perdona mis pecados, yo quiero
servirte y quiero que cumplas tu propósito en mí. Te pido que escribas mi
nombre en el libro de la vida, muchas gracias por todo, Amén”.
¡Que Dios te bendiga! Y que su
paz esté siempre contigo
Kathia* :)
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